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Mi primer viaje a la Gran Manzana

Allí estaba sentado, en un banco de una de las grandes avenidas de la Gran Manzana.

Por fín los astros se habían alineado y todos los factores necesarios coincidieron para poder realizar este viaje.

Pasaban frente a mi riadas de gente y todas tenían prisa. Cómo es posible que tanta gente tenga prisa al mismo tiempo?

El vuelo discurrió dentro de lo previsto y tras unos trámites aduaneros interminables (seré yo el primo de Bin Laden?) pudimos entrar en el país.

Pasaban frente a mi personas de todos los colores y condición. Altos, bajitos, estrafalarios, gordos y otros todavía más gordos.

Gente comiendo por la calle. Eran capaces de comer mientras caminaban.
Aquí es posible comer cualquier cosa a cualquier hora. Esta ciudad no cierra nunca.

En los parques podías encontrar a cientos de "runners" sudando el calcetín. Todos bien equipados. Tejido técnico y zapatillas de running. Brooks la mayoría.
Si no llevabas encima un i-pod te convertías en la excepción.


Era una de esas interminables sobremesas del verano que duran hasta la hora de merendar.

Mis contertulios sostenían que no era necesario viajar a NY para conocerlo. Si con ver la TV y las películas del cine ya conocían la ciudad sus barrios, sus gentes,........
Viajar a una ciudad de la que estás harto de ver películas y series televisivas sobre sus calles, ciudadanos, policías, sexo...... no vale el esfuerzo.

Yo con mi habitual tozudez a la hora de mantener mis posiciones insistía en el interés por viajar a esta ciudad aunque solo fuera por ver pasar a sus gentes frente a mi.
Es el ombligo del mundo civilizado, decía yo.

Como si por ver la película "memorias de Africa" tuvieses suficientes argumentos para no viajar a Africa.
Acaso así la conoces suficientemente?

Y ahí dejo abierto este motivo de discusión. Para qué y por qué viajar?

No he viajado a NY jamás y en el 2009 será mi objetivo ir a llí y correr la maratón. Quién se apunta?

Comentarios

El Impenitente ha dicho que…
Yo me apunto.Ya he estado, pero volvería mil veces a Nueva York. Nueva York cuando la ves la reconoces pero, aún así, te sorprende y te maravilla. Esa es su grandeza.

Y corrí por Central Park sin i-pod. Era el año 99. Entonces no se estilaba.

¿Y para qué viajar? Acabo de llegar de Estocolmo. Estar en un sitio desconocido rodeado de gente desconocida que hablan diferente es la felicidad misma.

Y el nacionalismo se cura viajando. La estrechez de miras se cura viajando. La incultura se cura viajando...si quieres, sigo.

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