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Mostrando entradas de septiembre, 2011

El señor de los pilares

Hacía tiempo que el malvado canalla que desplaza los pilares del garaje de mi casa no aparecía. Ella estrenó su flamante coche nuevo, rojo pasión rezaba la publicidad, en el mes de mayo pasado. Este año parecía calmado y no había hecho su aparición todavía. Nos las prometíamos felices. Pero cuando menos lo esperaba ella y en el último tramo de la rampa de salida se produjo la tragedia. Una columna se interpuso en el camino y aplastó la aleta delantera izquierda del vehículo. El maldito se dedica en la clandestinidad a modificar la disposición de las columnas del garaje. Y no es que ella vaya muy rápido por el interior del garaje o no se fije donde están puestos los pilares. No, ni pensarlo. Ni mentar por asomo la ignominiosa frase de “mujer tenía que ser”. Dios me libre. Tomándolo por la parte positiva el vehículo parece ahora más aerodinámico pues ha eliminado partes del chasis que ofrecían resistencia al viento. Seguro que tras pasarlo por el túnel del viento confirmaría l

Plato grande piñón pequeño.

Siempre diré que la carrera continua o de largo aliento es el deporte que prefiero y espero poder seguir practicándolo muchos años más aunque sea con altibajos. Pero este fin de semana pasado surgió la oportunidad de cambiar de deporte y no dejé escapar la ocasión. Además aprovechaba para fortalecer lazos de amistad con “mi amigo”. Felicidades chaval, ya son 49 y subiendo. El domingo pasado a las nueve de la mañana nos presentamos cinco elementos con nuestras bicicletas de montaña en la estación del Norte de Valencia para tomar el tren que nos llevaría hasta la población de Caudiel y desde allí descender en bicicleta hasta casa por la vía verde y la antigua carretera de Teruel. En total más de 70 km. Llegados a Caudiel sobre las once de la mañana iniciamos el recorrido que, en mi caso, acabó en el garaje de mi casa pasadas las 4 de la tarde. Cinco horitas de las cuales me sobraron las dos últimas para ser la primera vez. La piernas cansadas, muy cansadas, y las posaderas dolorid

Va de inventos

No hace mucho tiempo que indiqué en una entrada que dedicaría un rato a presentar algunos sencillos inventos y/o ocurrencias que han caído en mis manos. Y no entiendo por qué no se han convertido en elementos imprescindibles de la vida diaria. En este caso no voy a hablar del teléfono móvil. Es de todos bien sabido que una de las mayores tragedias que afectan a los hogares españoles son los calcetines y medias desparejados. Una vez salen de la lavadora se desencadena un proceso por el cual uno de los calcetines del par desaparece durante un periodo de tiempo directamente proporcional a la necesidad que tengamos de usarlo. Da lo mismo calcetín deportivo, media de ejecutivo o media escolar. Al final cuando vamos al tendedero o secadora siempre falta alguno. Afortunadamente en mi casa no ocurre esto porque dispongo de un maravilloso invento que adjunto aquí en una fotografía para evitar describirlo. El artilugio al que no he puesto nombre, podría llamarse emparejador, mantiene empa

¿Qué fue de Rechivaldo?

Tras un silencio veraniego que se ha prolongado desde principios de julio hasta la fecha, hete aquí de nuevo. Los anuncios televisivos vienen cargados de anuncios de fascículos coleccionables, señal inequívoca de que el verano tocó a su fin. Mi verano no ha tenido hechos especialmente destacables pero, como los anteriores, han incluido un viajecito en familia y una estancia en el apartamento de la playa dedicado al descanso, la lectura y la familia. Esta ocasión el viajecillo junto a una familia amiga ha sido nacional, ¿sería más correcto decir estatal?. Hemos disfrutado de la naturaleza en los Picos de Europa, visitado bonitas poblaciones costeras de Asturias y corta visita por las tierras de Rechivaldo. Me volví sin saber quien fue el tal Rechivaldo pero a cambio me traje conmigo una bonita historia de un muchacho que festejaba con una moza que reconocía deber estar viva gracias a las canciones de Diango. Afortunadamente él encontró la oportunidad de salir corriendo y no verla d