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Mostrando entradas de febrero, 2010

Límites

Gabriel García Márquez Cien años de soledad Vivir para contarla Este escribe en ligas superiores y lo nuestro no es más que partidos de barrio con los amiguetes. Pero voy a osar referirme a sus libros. Mucho me gustó la lectura de ambos libros y me tuvieron atrapado hasta el final. Aunque el tiempo transcurrido entre ambas lecturas fuera de bastantes años. No recuerdo cuantos. Cuando escribo me topo frecuentemente con el dilema de no traspasar la frontera entre lo personal y más íntimo, y la parte pública y notoria que rodea nuestras vidas. Voy con pies de plomo para no destapar ciertas intimidades y sentimientos que forman parte de lo más privado de mi vida. Y cuando más te preocupas de estos temas vienen a la mente libros como los mencionados arriba. Sin el más mínimo pudor Gabriel García Márquez durante cientos de páginas se dedica a contarnos todas las intimidades suyas y de su familia sin el menor temor de dejar al descubierto los rincones más ocultos y oscuros de su alma y corazó

Lista. Para reir

No soy yo de hacer listas pero esta es una buena oportunidad para empezar. Eso si, cortita. Algo divertido. Libros que me han hecho reir, carcajear e incluso llorar de risa: La conjura de los necios. J. K. Toole Wilt. Tom Sharpe Pantaleón y las visitadoras. Mario Vargas Llosa. Supongo que esta minilista no es representativa pero vale como muestra e iremos sumando elementos. La risa es una buena terapia y en épocas de crisis debemos reir y vestir con nuestros más coloridos trajes.

Contradicciones

El pasado sábado volví a hacer una buena rodada de más de 2h30’. Acompañé a dos trotones que a una marcha de algo menos de 6’ el km nos metimos entre pecho y espalda más de 25 km. Algo de científico tenía la tarea pues sigo experimentando acerca de la relación entre la inteligencia y el correr. Todavía no he alcanzado conclusiones pero paralelamente no dejo de elucubrar sobre la relación entre el correr y la capacidad de hablar incansablemente. Prometo resultados. Llegando a casa nos cruzamos con el vecino A. Su imagen sigue grabada en mi mente y no dejo de pensar en el asunto. No hace mucho que se jubiló (a éste no le importa mucho la polémica de la edad de jubilación a los 67) y menos que le diagnosticaron un cáncer de pulmón. Ha perdido en pocas semanas más de 20 kg y la sensación que ofrecía era la de un alma en pena. Desolador. Siento mezclar temas tan crudos con otros frívolos pero así es como nos golpea la vida en tan cortos espacios de tiempo. Pocos días antes un amigo visitó a