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Mostrando entradas de julio, 2011

El Taekwondo y Satur

Aprovecharé mi corta incursión en el mundo de las artes marciales para recordar a un viejo conocido y levantar alguna sonrisa. En uno de mis primeros empleos coincidí con Satur. Satur y yo entramos en la empresa de equipamiento científico al mismo tiempo y rápidamente congeniamos. Ambos estábamos solteros y en un periodo “entrenovias”. Al terminar la jornada laboral aprovechábamos para tomar una cerveza por el barrio. Vivíamos relativamente cerca y al volver a casa pasábamos frecuentemente frente a la puerta del gimnasio del barrio. Aquel día pudimos leer en la puerta del gimnasio: - Abiertas las inscripciones para las clases de Taekwondo. Nos miramos a la cara y sin cruzar palabra entramos directos a la recepción del centro. La señorita de recepción avisó sin dilación al profesor de artes marciales para que iniciara los trámites de inscripción y nos introdujera en el singular mundo de las artes marciales. El interrogatorio para poder entrar en el selecto grupo de alumnos lo s