No soy mucho de contar las glorias deportivas de mi equipo y que tampoco piense nadie que soy madridista. Soy antibarcelonista en la misma medida que antimadridista.
Pero hoy no puedo dejar pasar la oportunidad de narrar lo ocurrido en el partido de baloncesto entre Valencia Basket y Barcelona C.F.
Sábado 23 de enero, 20:00. Faltan 7 décimas de segundo para terminar el partido y el tanteador es 57 59 a favor del Barça.
Víctor Claver saca de fondo en campo del rival. Movimiento continuo de los diez jugadores buscando las mejores posiciones bajo la canasta mientras todos esperamos que haga un pase al pívot bajo la canasta para hacer un tiro rápido o recibir una falta con la que podría empatar el partido siempre y cuando encestara los tiros libres.
Rafa Martínez corre hacia el lateral derecho del campo y recibe la bola a unos siete metros de la canasta. Tal y como recibe la bola flexiona las piernas, salta y lanza antes de que su marcador lo impida. La bola sale de las manos de Rafa y de inmediato suena la sirena que marca el final del partido.
A todos los espectadores se nos corta la respiración durante ese breve espacio de tiempo y parece que el tiempo se para. El corazón late con fuerza y los marcadores se iluminan en rojo porque el partido ha terminado. La bola sigue en el aire y si entra significarán tres puntos en el casillero del equipo Valenciano.
El equipo de la Fonteta había hecho merecimientos suficientes durante todo el partido para ganar al Barça y sería una injusticia no ganar este partido. No es fácil dejar con 59 puntos a un equipo así.
Y la bola entró.
La Fonteta rompe en aplausos, gritos y chillidos de todo tipo.
Hemos ganado al todopoderoso Barça por un ajustado tanteador de 60 a 59.
Después de muchos días oyendo como los noticiarios alababan a los Riki, Navarro, etc.. y en los innumerables records que iban a batir venciendo al rival, ganarle al Barça por tan estrecho margen sabe a gloria.
Amunt Valencia Basket, som els millors.
Pero hoy no puedo dejar pasar la oportunidad de narrar lo ocurrido en el partido de baloncesto entre Valencia Basket y Barcelona C.F.
Sábado 23 de enero, 20:00. Faltan 7 décimas de segundo para terminar el partido y el tanteador es 57 59 a favor del Barça.
Víctor Claver saca de fondo en campo del rival. Movimiento continuo de los diez jugadores buscando las mejores posiciones bajo la canasta mientras todos esperamos que haga un pase al pívot bajo la canasta para hacer un tiro rápido o recibir una falta con la que podría empatar el partido siempre y cuando encestara los tiros libres.
Rafa Martínez corre hacia el lateral derecho del campo y recibe la bola a unos siete metros de la canasta. Tal y como recibe la bola flexiona las piernas, salta y lanza antes de que su marcador lo impida. La bola sale de las manos de Rafa y de inmediato suena la sirena que marca el final del partido.
A todos los espectadores se nos corta la respiración durante ese breve espacio de tiempo y parece que el tiempo se para. El corazón late con fuerza y los marcadores se iluminan en rojo porque el partido ha terminado. La bola sigue en el aire y si entra significarán tres puntos en el casillero del equipo Valenciano.
El equipo de la Fonteta había hecho merecimientos suficientes durante todo el partido para ganar al Barça y sería una injusticia no ganar este partido. No es fácil dejar con 59 puntos a un equipo así.
Y la bola entró.
La Fonteta rompe en aplausos, gritos y chillidos de todo tipo.
Hemos ganado al todopoderoso Barça por un ajustado tanteador de 60 a 59.
Después de muchos días oyendo como los noticiarios alababan a los Riki, Navarro, etc.. y en los innumerables records que iban a batir venciendo al rival, ganarle al Barça por tan estrecho margen sabe a gloria.
Amunt Valencia Basket, som els millors.
Comentarios
Yo si puedo contar qué se siente marcando un gol en el último segundo y ganar un partido.
Viendo algunos personajes de la TV encuentro razones más que suficientes para no ser famoso.
Dos días afónico. Mereció la pena