Pasó mi madre por casa y me dejó un paquete envuelto en
“albal” (el de toda la vida) con dos pepitos.
Hacía años me no me comía un pepito y la cena de aquella
noche me trasladó a mi hogar de la niñez cuando en las ocasiones señaladas
aparecían los pepitos en la mesa.
El pepito es un pequeño bocadillo relleno de pisto con
tomate, pimiento y huevo, que posteriormente se reboza en huevo y se fríe.
Me supo a gloria.
Gracias mamá.
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