Marcha Senderista
El domingo 5 de octubre de 2008 participé en la marcha senderista que organiza el Grupo Alpino Javalambre en las montañas cercanas a la ciudad de Teruel.
Partimos a las 8:30 con 2ºC
Mucho frío de salida que se fue suavizando conforme calentaba el sol.
Nada más empezar, fuertes pendientes que te quitaban el frío del cuerpo si las hacías corriendo.
Buen ánimo entre los participantes (no más de cien) dispuestos a correr, andar o lo que mejor se pueda para cubrir los 25 km del recorrido.
Inicio la marcha con mis cuñados y tres amigos más. Las primeras pendientes me animan a correr en solitario y probar mis fuerzas en las primeras cuestas.
El punto más alto del recorrido lo alcanzamos tras hora y cuarto de carrera y trote cochinero.
CERRO DE SONEJA
Aire frío de narices en la cumbre.
Allí han instalado un punto de avituallamiento a los pies de tres grandes aerogeneradores (vulgarmente conocidos como molinos) de electricidad.
En lo alto de la montaña y con una vista espectacular sorprende el ruido que producen las aspas de los “ventiladores”.
Impresiona su tamaño.
Tras el descanso en el punto de avituallamiento empezamos el descenso hacia meta.
Fortísimas pendientes de bajada que hacen peligrar a cada momento los tobillos.
Intentar correr en las bajadas es una locura. Solo algunos locos del trail se atreverían a hacerlo.
Bajamos por la ladera de la montaña por zonas donde no hay camino abierto antes. A pesar de ello la señalización de la organización es muy buena.
Uno de mis cuñados se resiente de la rodilla y vuelvo atrás para interesarme por su estado físico. Decide acabar andando el resto del camino para no castigar más su dolorida rodilla.
Yo aprovechando que la ruta discurre ahora por caminos de tierra empiezo a correr ligero.
Hago una parada fisiológica (los árboles de la zona me estarán siempre agradecidos) y continuo corriendo cada vez más rápido hasta meta.
Para compensar el tiempo perdido en la parada fisiológica corro hasta meta sin parar en los dos últimos avituallamientos.
Finalmente finalizo la carrera en un tiempo inferior a las tres horas (incluidas esperas en los avituallamientos y parada fisiológica).
Acabo físicamente bastante entero. Ayuda el bocata de jamón y la cervecita que nos tiene preparada la organización allí.
Mi cuñado Alex no tarda mucho en llegar detrás de mi. Algo más tarde llega el resto del grupo de amigos.
Organización casi perfecta.
Avituallamientos bien surtidos y lo que es más importante, siempre te reciben con ánimo y sonrisas.
Cuestión de detalle.
Para repetir otro año más.
El domingo 5 de octubre de 2008 participé en la marcha senderista que organiza el Grupo Alpino Javalambre en las montañas cercanas a la ciudad de Teruel.
Partimos a las 8:30 con 2ºC
Mucho frío de salida que se fue suavizando conforme calentaba el sol.
Nada más empezar, fuertes pendientes que te quitaban el frío del cuerpo si las hacías corriendo.
Buen ánimo entre los participantes (no más de cien) dispuestos a correr, andar o lo que mejor se pueda para cubrir los 25 km del recorrido.
Inicio la marcha con mis cuñados y tres amigos más. Las primeras pendientes me animan a correr en solitario y probar mis fuerzas en las primeras cuestas.
El punto más alto del recorrido lo alcanzamos tras hora y cuarto de carrera y trote cochinero.
CERRO DE SONEJA
Aire frío de narices en la cumbre.
En lo alto de la montaña y con una vista espectacular sorprende el ruido que producen las aspas de los “ventiladores”.
Impresiona su tamaño.
Tras el descanso en el punto de avituallamiento empezamos el descenso hacia meta.
Fortísimas pendientes de bajada que hacen peligrar a cada momento los tobillos.
Intentar correr en las bajadas es una locura. Solo algunos locos del trail se atreverían a hacerlo.
Bajamos por la ladera de la montaña por zonas donde no hay camino abierto antes. A pesar de ello la señalización de la organización es muy buena.
Uno de mis cuñados se resiente de la rodilla y vuelvo atrás para interesarme por su estado físico. Decide acabar andando el resto del camino para no castigar más su dolorida rodilla.
Yo aprovechando que la ruta discurre ahora por caminos de tierra empiezo a correr ligero.
Hago una parada fisiológica (los árboles de la zona me estarán siempre agradecidos) y continuo corriendo cada vez más rápido hasta meta.
Para compensar el tiempo perdido en la parada fisiológica corro hasta meta sin parar en los dos últimos avituallamientos.
Finalmente finalizo la carrera en un tiempo inferior a las tres horas (incluidas esperas en los avituallamientos y parada fisiológica).
Acabo físicamente bastante entero. Ayuda el bocata de jamón y la cervecita que nos tiene preparada la organización allí.
Mi cuñado Alex no tarda mucho en llegar detrás de mi. Algo más tarde llega el resto del grupo de amigos.
Organización casi perfecta.
Avituallamientos bien surtidos y lo que es más importante, siempre te reciben con ánimo y sonrisas.
Cuestión de detalle.
Para repetir otro año más.
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