Ir al contenido principal

Boujdour. Historias africanas

Pequeñas anécdotas como esta son las que te hacen pensar si el rumbo de nuestra vida es el correcto.

Camino de Boujdour en nuestro sencillo “fiat uno” diesel paramos en una gasolinera a repostar. Saliendo de El Aiun y de camino a Boujdour esta es la única gasolinera que encontramos. Lo cual quiere decir que en un recorrido de 300 km no íbamos a encontrar otra y durante el camino estábamos flanqueados por el Atlántico y el desierto.

Al llegar a la gasolinera encontramos a un grupo de mediana edad que viajan en un flamante todo-terreno “Range Rover” con motor de gasolina. Estaban vestidos con ropa tipo “coronel tapioca” y hablaban inglés. ¡Preparados para cruzar los más peligrosos desiertos del planeta!

Nosotros, dos valencianos con buenas nociones de francés y vestidos con mocasines de calle, pantalón de vestir y camisa, bajamos de nuestro utilitario y nos dirigimos al empleado del surtidor para llenar el tanque.

Mientras nos llenaban el depósito se nos acercó el grupo de alterados expedicionarios del desierto.

En inglés nos explicaron que llevaban allí horas esperando repostar y no entendían las explicaciones del empleado.

Nos dirigimos al magrebí en cuestión que estaba semitumbado en la pared de la pequeña edificación de la gasolinera a pedirle explicaciones.

Sus explicaciones fueron que llevaban horas aquellos individuos esperando a repostar y que pese a sus explicaciones no entendían que el camión cisterna que debía rellenar los depósitos estaba de camino y que no quedaba más remedio que esperar. Estaba de camino

Nosotros insistimos en conocer cuanto tiempo podía tardar en llegar y sin inmutarse nos respondió que podía tardar una hora, o varias, o un día, o varios días.

Después apostilló.
Yo no entiendo cual es el problema. Tenemos sombra, agua y comida. No hay más que sentarse y esperar.

¿Dónde está el problema?

Comentarios

El Impenitente ha dicho que…
El contraste entre la mentalidad africana y la europea también lo sufrí en mis carnes cuando estuvimos en Libreville, en Gabón. Teníamos que montar nuestras estructuras y cada vez que requeríamos de algún servicio local (grúas, etc.) era desesperante. Tuve muchas discusiones con nuestros montadores, que sólo habían ido allí a ganar dinero y cada minuto parado los enfurecía. Igual escribo una entrada sobre ello, mira.

Entradas populares de este blog

Slow Life

Hace días que no aparezco por mi blog. Casi un mes sin depositar aquí mis historias, alegrías, miserias,… Pocas cosas se producen por casualidad, y repasando lo escrito hasta la fecha sigo sin tener muy claro por qué y para qué escribo aquí. Tampoco es que ahora lo tenga claro. Una cosa me queda clara. Quiero compartir lo que me interesa, mis alegrías y mis experiencias. Y si tengo suerte esperar que alguien aparezca al otro lado compartiendo, aportando, alegrándose, sonriendo, riendo o simplemente despreciándome. Slow Life Escuché esta expresión en un par de lugares y me llamó la atención. Personas que abandonan su estilo de vida y optan por un nuevo modo de vida. A veces son las circunstancias las que obligan a un cambio en el estilo de vida. Por ejemplo un despido. Algunos, en mi opinión atrevidos, optan por un nuevo estilo de vida: Slow Life. Dejan las prisas, el stress, los horarios, la comida rápida,…. Y adoptan un nuevo estilo de vida. Empiezan a trabajar en aquello que les gus

Maratón 2016

Tengo la costumbre de escribir una pequeña crónica de la maratón una vez acabada. Este año la crónica se demora unos días porque prefiero escribir con la cabeza fría sin dejarme llevar por las sensaciones en caliente tras la carrera. 20 de noviembre de 2016 domingo 8:30 temperatura 9ºC y cielo nublado. Día ideal para correr y casi 19.000 corredores preparados en la salida. Todo debía salir bien.   Y empezamos por el final. Maratón finalizado 3h56’ Esta es la parte positiva y la negativa es que acabé muy decepcionado y lejos de mi objetivo que consistía en estar alrededor de las 3h40’ además de las malas sensaciones que me acompañaron desde el km 35 hasta el final. Este no es mi primer maratón, ya son ocho si las cuentas no me fallan, y sabía perfectamente a lo que me enfrentaba. Crucé la meta con los ojos enrasados por una mezcla de rabia y decepción por no haber conseguido el objetivo. Los últimos 7 km fueron una mezcla de andar y correr con una desagradable sens

Viendo pasar la vida

En la vida podemos adoptar muchas posturas o actitudes, pero simplificando podríamos decir que son dos. Participativa y activa o contemplativa, “viendo pasar la vida”. Cumplida cierta edad, es común que se adopte la postura contemplativa. He terminado de leer el libro “El guardián entre el centeno”. La actitud frente a la vida del joven personaje es participativa pero adoptando una postura combativa frente a lo que comúnmente denominamos correcto. Empecé el libro con unas expectativas enormes. No hace mucho que falleció el autor, J. Salinger, y por las notas de prensa parece ser que se trata de un escritor relevante. En ciertos momentos me pareció estar leyendo una obra de P. Auster. Ambos son norteamericanos y las obras que he leído de ellos transcurren, en parte, en Nueva York. Al final acabé decepcionado. No me gano la vida como crítico literario ni tampoco creo que pudiera. Pero este libro, “el guardián entre el centeno” me ha parecido decepcionante. Últimamente tengo muy mala suer