No sé muy bien cómo enfocar el relato para que quede elegante. Intentarlo voy a intentarlo pero el tema es peligroso y no quisiera salir malparado. En diversas ocasiones he tenido el placer, claro por qué no decirlo, de comentar los episodios de mi vida en convivencia con los tarzanetes. Alguno pensará que se trata de una ordinariez pero al final todos acabamos confesando. Con el género femenino resulta más complicado, pero vaya, ellas se lo pierden. Habitualmente las épocas más comunes de convivir con ellos fueron los campamentos y acampadas de juventud y con toda seguridad durante el periodo militar. La poca higiene íntima, la falta de agua y la inexistencia de duchas y/o retretes es el caldo de cultivo que facilita la aparición de los tarzanetes. El agua es su mayor enemigo, me recuerda a los gremlins, y su ubicación es aquella donde crece el pelo y que normalmente se encuentra en la oscuridad y bajo capas de ropa que vagamente recuerdan su paso por la lavadora. Una vez i